lunes, 22 de noviembre de 2010

Los primeros pasos hacia la libertad

Empecé a ir a ese sitio, en contra de mi voluntad, por supuesto. ¡Pero es que no podía negarme! Como siempre iba en brazos de unos y de otros o encima de ese trasto al que llamaban carro, que ni tenía nitro ni na, pues no me quedaba más remedio que ir.

Así que yo, que era muy lista ya en aquella época, me dije a mi misma:
"A ver, chiquilla, si tienes que ir igual, por qué no te lo tomas con filosofía e intentas aprender algo, ya que estás allí...(la teoría del "IR PA NA ES TONTERÍA", vamos)"

Y así lo hice.
Empecé a conocer a un montón de niños más (que de eso había un rato), pero las amistades, los aliados, secuaces y demás seguidores ya os los presento otro día.

La cuestión es que muchos de esos niños habían aprendido a andar....pero yo, que era lista pero muy vaga, aún no iba sola ni a la cama.

Me di cuenta de que el primer requisito para dominar nada es la independencia. Si dependes de una tercera persona (¿por qué tercera si sería segunda?) para realizar cualquier movimiento, MAL. Está chungo eso de manejar una AK-47 cualquiera. Además, si la persona tiene la vista desviada, se puede liar parda, pero de esto a lo mejor también hablo otro día (que en aquel entonces ya se me iba la pinza un montón y saltaba de tema en tema cual sapo en un estanque de nenúfar en nenúfar) (¿VEIS?).

La buena cuestión es que me propuse andar. Y por supuesto que anduve, porque otra cosa no, pero cuando yo me propongo algo....¡VAMOS QUE SI LO HAGO!
El alto y la rubia cuando me vieron venir se quedaron alucinados.

-¿Tú le has enseñado eso?
-Yo no, ¿y tu?
-Yo tampoco...
-¡Qué guardería tan buena! Elegimos bien, entonces.

Porque yo, que además de lista era una vacilona, hice todo lo posible para que la primera vez que me vieran andar a mí sola fuese especial...(¿Os acordais del bebé que veía Ally McBeal? Jejejejejejejejejejeje
MIS PRIMEROS PASOS... )

¡NO! No hay ni un sólo cuarto de tortura, ni una miserable sala de armas...¡¡aunque sea chiquitita!! , ni un gimnasio ni una biblioteca.
¡NO! ¡No elegisteis bien! Pero es que yo soy la pera.





PD: En la próxima os cuento casi lo primero que me pasó al aprender a andar. Andar anduve.... anduve jodida un tiempo. Y es que cada vez que me da por moverme me abro algo...

domingo, 21 de noviembre de 2010

Primera salida oficial

Había llegado el momento de separarme de la calidez de los brazos de la rubia (por fin!!) y acostumbrarme a pasar largas horas fuera de casa.

Me dijeron que me llevarían a un buen sitio, donde me enseñarían lo que necesitaba saber para afrontar la vida, mi vida de ese momento.

Yo me imaginaba algo así:

Un sitio alejado de mi casa, regentado por soldados de tierra, mar y aire, los cuales me enseñarían la rectitud, los modales, el arte de la guerra y todo aquello que tiene que saber un dominador mundial, millones de salas de lectura, bibliotecas, gimnasios, oficinas y un parque, para saber (al no ir nunca) que estaba mentalmente preparada para convertirme en alguien importante que sería capaz de enfrentarse a todo y a todos.
Allí se nos formaría (a mi y algunos niños más) para convertirnos en la élite del futuro y de ahí seleccionar al próximo lider (que, evidentemente, sería yo por clara goleada).

Cuántas películas.....

Para empezar se llamaba "GUARDERÍA" y no Cuartel General. Empezábamos mal. Para más I.N.R.I., a ésta en concreto la llamaban "Asilo", ya que antiguamente no eran niños quienes lo ocupaban, sino viejos. No podía ser que las mismas personas que cuidaban a gente que estaba en el último paso de su vida....formaran a niños para convertirles en el futuro...pero cosas más raras se han visto, así que mantuve mi esperanza.
Para colmo de mis males, no es que no estaba lejos de mi casa... ¡ES QUE ESTABA EN FRENTE!
Empezaba a pensar que no tenía muy claro a dónde iba...
Pero el colofón fue cuando llegué y vi aquello... ¡¡Menudo panorama desolador!! Tenía un jardín en la parte delantera, un patio en la trasera y un campo de naranjos que no tenía fin. Un parque de columpios gigantesco. El interior estaba lleno de salas de descanso, de juegos, de cartulinas de colores y de toboganes de plástico. Y, para rematar la faena, quienes se ocupaban de los niños.... ¡ERAN MONJAS!

Definitivamente, la rubia había descubierto mis planes malignos y quería boicotearlos como fuese, porque no se me ocurre un sitio peor donde formar a un opresor malvado. Y lo peor es que me daba cuenta de la capacidad de la rubia para interferir en mis planes, parecía todopoderosa....

Quise morirme cuando llegué y vi aquello... cada vez me alejaba más de mi objetivo... ¡tenía que hacer algo!








Pero eran tan divertidos esos columpios...

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Los 7 fantásticos

Tios, primos, cuñados, vecinos, amigos, conocidos, profesores, alumnos.... Y asi un sin fin de personas que iba conociendo y que no podía retener en mi memoria. ¿Cuánta gente vivía en el mundo? ¿Un millón de personas? ¿Así como iba a hacerme con el mando?

(Imaginad mi cara cuando descubrí cuánta gente vive realmente en el mundo...)

Pero de todos, me quedo con LOS ABUELOS.
Sí, porque a parte de que eran los más grandes, es que tuve 7. Si, yo pensaba que era normal, pero enterarme de que la gente normalmente tiene 4 fue el primer paso para darme cuenta de lo privilegiada que soy.

Ya conoceis a la morena, la madre de la rubia. Esa fue la primera a la que conoci. Era tan guapa! Desprendía calor por todos los poros de su piel. Mucha gente pensaba que era una persona egocéntrica y altanera, ya que venía de buena familia y en aquella época la gente de bien estaba muy por encima de los demás. Pero todo aquel que la conocía, la adoraba. Era una persona noble y religiosa. Pero religiosa de la buenas, de las que creía en Dios y en sus enseñanzas, de las que cumplía los 10 mandamientos. Pensareis que eso no existe, y teneis razón, con ella se fue la última. ;).

Pero estamos en el principio todavía.

Pues eso, enamoraba a todo aquél que tenía el placer de conocerla y, por supuesto, me enamoró a mí. En realidad fue un amor bidireccional, nos enamoramos juntas la una de la otra. Porque fui su última nieta, ella ya tenía experiencia en eso, pero me quiso como si fuese la única, a todos nos quiso así. Pero yo, además, me parecía a ella...

Ella tenía un marido. Alto, guapo, con unos ojazos que dejaban atontado a cualquiera que los mirara.
Era mucho más arisco que ella al trato, y la vida le trataba bien. No se molestaba tanto como ella en demostrar su humildad, pero cuando te molestabas en mirarle a los ojos la veías. Veías a un hombre con un corazón tan grande que no le cabía en el pecho. Y por eso me gustaba mirarle a los ojos. Mucho. También me enamoré, por supuesto, no podía ser de otra manera.

Y estaban también los padres del alto.

Él daba miedo. Y os voy a contar por qué. La mayoría de la gente de esa época era gente menudita, con poquita altura, poca cosa. Pero él... madre mia. Ese hombre no se acababa nunca. Era enorme, tenía unos brazos y unas manos tales que con una de ellas me abarcaba entera. Era gigante.
Igual que ella, para ser mujer, era muy grande. De cadera ancha. Mujerona. De las que vienen predestinadas a ser madres.
Eran la bondad en persona, eran maravillosos. Venían los dos de familias humildes, habían sufrido una guerra y una postguerra y sabían lo que era pasar hambre. No habían podido estudiar, por ponerse a trabajar y siempre iban cortos de dinero. Sin embargo, hicieron lo posible para que sus hijos pudiesen estudiar y tener un futuro, aunque tuviesen que quitarse el pan de la boca(que seguro que lo hicieron en más de una ocasión). Eran MARAVILLOSOS.

Y, además, tenía una tia abuela. La hermana de mi abuela(la madre del alto). Se casó con un señor bajito y aragonés con el que vivió feliz hasta el último dia de su vida. Nunca tuvieron hijos, por eso el alto era como su hijo, y nosotros, como sus nietos. Me cuidaron, trataron y quisieron como tal. Me adoraban, y yo a ellos. Ese hombre era especial. Era (se que estoy repitiendo mucho esta palabra, pero es que no hay otra) la bondad. Era pequeño porque tenía el corazón de tal tamaño que no le había permitido crecer. Y ella...ella lo mismo. Era mas animal que un campo de melones. Y lo más gracioso que había en aquella época, seguro. Pero era buenísima. Amaba al alto (me atrevería a decir) casi más que su propia madre. Creo que ella sí que hubiese incumplido muchos mandamientos si eso le hubiera ayudado a él en lo que fuese. Y transmitió de manera automática esa adoración por ál a nosotros. Por eso ellos fueron mi tercer par de abuelos. Porque, realmente, lo fueron.

Y a la séptima en discordia, ya os la presenté. Evidentemente, fue como mi abuela. Porque éramos su familia y ella la nuestra.

En fin, sé que esta entrada no es muy graciosa, pero no podía no presentar a 7 de las personas que marcaron mi vida. 7 muy importantes, que me amaron de manera incondicional, y alguna sin llevar mi sangre.

(Prometo volver a mi linea de diversión sin fin... es que no ha sido un buen fin de semana y necesitaba ofrecerles mi pequeño homenaje.)

viernes, 12 de noviembre de 2010

Quien no fue pero fue mejor que muchos

Mi vida seguía igual. Conocía a gente que iba clasificando en mi archivo cerebral.

-Este dice que es el hermano de la rubia, a la Carpeta A: familia.

-Este dice que es ¿¿el sobrino de quién??: Carpeta B: Listos que se llaman a sí mismos familia pero que ni su madre sabe quienes son.

-Este tío dice que es el primo segundo de la sobrina de la hermana de la madre de mi madre por parte de tio lejano: Carpeta C: Tú serás el primero en morir, pero tranquilo, por ser capaz de haber dicho el parentesco de carrerilla y sin atragantarte, será rápido e indoloro. 

-"Mirad que nña más mona! Se parece a la madre! Uy, y un poco al padre! Aunque también tiene rasgos de la abuela. Y qué espabilada está! Mirad como se chupa un pie! .......... : Carpeta D: Tú moriras con dolor, por plasta!

- Luego estaba la Carpeta E: No te creas que por ser de la familia te has librado de la muerte.

- Y, ¡cómo no!, la Carpeta X: (JAJAJAJAJAJA, guarrillos...¡¡qué era un bebé!! )

Y así un sin fín de encuentros más que no tenían mucho sentido. 

A medida que iba conociendo a la gente les iba clasificando. Había veces que metía a alguien directamente en la carpeta de la muerte(cualquiera de ellas) y luego me compadecía y lo cambiaba, o viceversa, todo podía ser.

Pero conocí a una persona que no sabía muy bien dónde meter.

Vereis, ella no era de la familia, sin embargo era quien cuidaba de mi y de los pequeñajos.
No tenía nada que ver con nosotros y se podría decir que cuidarnos era una tarea secundaria, sin embargo le ponía tal empeño que parecía que la vida le fuese en ello.
Nadie nos había presentado formalmente, pero me conocía mejor que la mayoría.
No sabía dónde ubicarla, me caía muy bien, me trataba muy bien y sabía que tarde o temprano se convertiría en aliada.

"INCISO: Creo que ha llegado el momento de contaros un secreto: NO ACABÉ DOMINANDO EL MUNDO(aunque no voy a mentir, viendo los precedentes no lo descarto). Prefería decirlo ahora para que no os llevaseis una decepción más tarde.... ;) )

Evidentemente, no acabé dominando el mundo, pero ella sí que se convirtió en mi aliada, mi amiga, a veces mi madre, mi tia, mi padre y mi abuela. Y siempre un ejemplo a seguir.
Ella no me ayudó en la conquista del mundo. Pero me enseñó lecciones que me servirían mucho más en la vida.
Por ello, siempre estará en la Carpeta A: Familia, porque lo fue, aun sin llevar mi mismo apellido.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Miembros y miembras (II Parte)

El día que nací entendí que la rubia era mi madre, que ella tendría que ser la persona que se responsabilizase de mí (aunque yo sabía cuidarme sola...) durante mi estancia en este mundo.
También deduje que el alto era mi padre, porque estaba allí y no tendría ningún sentido que estuviese en mi nacimiento si no era mi padre, aunque hubiese sido una anécdota muy curiosa...

"2035, repasando las fotos:
-Oye, ¿y ese Alto quien era?
-No sé, entró diciendo no se qué de que quería grabar el parto para un documental, aunque la falta de cámara y esas pintas tan raras me parecieron algo sospechoso...
-Sí, madre, sí... un documental...¡Lo tuyo sí que es de documental!"

Definitivamente hubiera sido una anécdota muy graciosa!

En fin, volvamos al tema.
Mamá y papá. Sólo que papá aseguraba que yo no era su hija (y ahí fue cuando me planteé lo del psicópata que quería ser reportero...). Y aquello me descolocó un poco.
Entonces la rubia dijo:
"Anda, alto, deja de decir tonterías y llama a mi madre..."

Y en ese momento me dí cuenta de que mamá y papá tenían a su vez una mamá y un papá...
Y me entró el pánico. Pensé: "¿Cómo es posible que haya tanta gente? ¡Así nunca voy a llevar a cabo mis planes malignos!"

Pero entonces entró ella, la mamá de mamá, la morena (¡y pedazo de morena!). Pensé que vendría a reclamar su parte de mandato sobre mi pequeña e insignificante persona (como lo era en aquel momento).
Sin embargo simplemente me miró, se giró y dijo:

"Eh, tu, Alto! Ven aquí, mírale los pies a esta niña y luego si eres valiente vuelves a decir que no es tu hija!"

(por lo visto vio algún rasgo genético de la familia del alto plasmado en mis pies, aunque no me han quedado secuelas...no físicas...).

El Alto se acercó, observó y no le quedó más remedio que reconocer que era mi padre.

La morena no sólo no me había molestado, es que había puesto al Alto en su sitio despejándome una duda que no me dejaba tranquila: "¿Por qué narices nadie me lleva a la maldita fiesta?"

En ese mismo instante, segundos después de conocer a la morena, entendí que los papás de mis papás no serían un problema, al contrario, cada vez más se convertirían en mis aliados.
Aunque no precisamente para la conquista del universo, sino para cosas más importantes como enfrentarse a la vida....y ganar.
Pero esto es otra historia...

martes, 9 de noviembre de 2010

Miembros y miembras

Durante esos primeros días de mi vida fuera del huevo, conocí a mucha gente.

El alto y la rubia les llamaban familia. (Estaba aprendiendo vocabulario también, ya sabía que el alto y la rubia eran papá y mamá, pero me molaba más lo otro, no se fueran a pensar que les quería...).

Había conocido a gente de todo tipo, gente guapa, gente fea, gente alta y gente baja, gente interesante y gente que aburría hasta a las piedras....

De todo, la verdad es que era una familia muy extensa...

Pero de todos, me impactó una persona en especial.

Vereis, como ya he dicho mi vida no estaba mal, me llevaba bien con los pequeñajos y mantenía las distancias con el alto y la rubia, que no me trataban mal, pero tenía cierto resquemor porque tenían pinta de querer sabotear mis planes de dominación mundial y eso no me gustaba.
Además, se pasaban el día achuchándome, tocándome, besándome, cogiéndome en brazos... hasta me bañaban todos los días! Ni que me pasara las horas picando piedra.

En fin, que no me dejaban ni a sol ni a sombra. Y claro, eso retrasaba mucho mis planes.

Llegué a la conclusión de que necesitaba deshacerme un poco de ellos.

Con el alto lo tenía fácil, se iba a trabajar y no molestaba mucho....pero la rubia...la rubia era otro cantar.

Así que estuve un tiempo maquinando un plan de despiste y, cuando ya casi lo tenía.... la conocí a ella, la otra rubia....

¡ERAN IGUALES! ¡¡¡¡HABÍA DOS!!!!

¡No me lo podía creer! ¿¿¡Cómo demonios iba a deshacerme de las dos si ni siquiera había podido con una!??

Parecía que mis tenebrosos planes tendrían q retrasarse un poco...

domingo, 7 de noviembre de 2010

Cuando la ley de la gravedad cumple exactamente con su cometido

El tiempo pasaba lentamente. Parecía que todo iba bien.

Vivía con bastante gente. Aquella mujer rubia, un hombre alto.... muy alto, y dos pequeñajos que se asemejaban un poco más a mí y con los que me sentía mucho más identificada.
Estos dos me caían francamente bien. La primera vez que me vieron se les caía la baba, literalmente. Nunca entenderé esa sensación pero cuando les conocí me sentí protegida y cuidada. Mientras viviera con ellos sabía que todo iría bien.

Parecíamos felices, yo les maltrataba, me metía con ellos, les pegaba, les babeaba, les molestaba...
Y siempre me salía con la mía. Se ve que la rubia y el alto estaban hipnotizados conmigo.
También puede ser que mis planes para conquistar el mundo generasen cierto temor y respeto en ellos y por eso se dedicasen constantemente a complacerme. Lo cierto es que todo aquello que hacía me era perdonado.
Hasta que un día me topé con aquel malvado enemigo. Llamémosle "L".

¡Yo era tan feliz! Jugaba, reía, iba de un lado a otro y hacía lo que quería sin temor a represalias. Pero entonces, aquél fatídico día, descubrí lo que era el dolor.

Sí, yo estaba tranquilamente portándome tan bien como de costumbre en el habitáculo donde dormían el alto y la rubia, que me gustaba mucho más que el mío. Y de repente sin que yo le hiciese nada aquel canto maldito se estampó en mi frágil cara de muñeca dejándome una huella imborrable.

Vamos, que me pegué una hostia de cuidao en toda la cara.

Y nadie estaba ahí para protegerme...

Lo primero que se me pasó por la cabeza fue: "¡VENGANZA!". Pero me dí cuenta de que era mucho más práctico llorar.
Y así descubrí la manera más efectiva de hacer correr a todo el mundo...
(Si hubiera sabido lo poco que iba a servirme a partir de ese momento....)

sábado, 6 de noviembre de 2010

Primer día

Y allí estaba yo, recién llegada al mundo.

Mientras estaba en aquel sitio tan caliente, escuchando aquella fiesta y pensando cuántos placeres de la vida me estaba perdiendo, me pareció una buena idea eso de salir.

Pero una vez fuera me dí cuenta del error que había cometido.

Para empezar, no llegué a ninguna fiesta. Bueno sí, la que tenían conmigo, ya que lo primero que recibí nada más llegar al mundo fueron un par de hostias. Empezábamos bien.
Además, no era un sitio lleno de tapas, vino y placeres. Era un sitio blanco, triste, lleno de olores insoportablemente fuertes y de mujeres con artilugios extraños en las manos maniobrando por mi tripita. Desde entonces tengo un agujero enorme. Yo tengo la teoría de que me pusieron un microchip para controlarme pero aún no he podido confirmarlo...

La buena cuestión es que allí estaba yo, mojada, dolorida, enfadada y con un frío del carajo. No hacía más que pedir que volvieran a meterme dentro, que de verdad lo prefería pero ellos me decían que estuviera tranquila. ¿Cómo narices iba a estarlo con esos enormes ojos observándome?

Así que ahí estaba yo, encima de una mesa enrollada en una toalla y esperando a que todos aquellos seres extraños vestidos de verde se dignaran a llevarme a la fiesta.
Pero no lo hicieron. Cuando acabaron conmigo simplemente me dejaron en los brazos de una rubia gigante y caliente que me miró y sonrió como si me conociera de algo...

No me cayó del todo mal así que decidí darle una oportunidad...

viernes, 5 de noviembre de 2010

Toda buena historia tiene un buen comienzo

Todo empezó un caluroso día de verano.

Todos estaban reunidos. Charlaban animadamente, se contaban la vida, disfrutaban de la compañía y bebían buen vino. Nadie me esperaba llegar. Suele pasar, soy una persona especial y, aunque animo mucho el cotarro en general no se me echa de menos. Además tengo la extraña cualidad de aparecer siempre cuando menos se me espera, ya sea para bien o para mal.

Y así fue.

Yo no tenía muchas ganas de salir aquel día. Estaba muy cómoda donde estaba y preferiría haberme quedado allí. Pero les escuchaba reir, pasarlo bien. Podía oler el sabor de las tapas, el humo de los cigarrillos e incluso el aroma del vino.
Estaba muy a gusto y nadie me esperaba. No era necesario que llegase en ese momento y le estropease el día a todos.
Pero lo estaban pasando tan bien...

Así que me decidí, me armé de valor y me dispuse a salir.

Como siempre, la cosa no acabó bien. La fiesta se terminó y alguna persona acabó en el hospital.

No os preocupeis. No suelo ser tan molesta, pero aquel día era necesario.
Aquel fue el día en el que nací, hace hoy 8470 días.

Sí, 8470 días tienen la culpa.